El escritor argentino Juan De Luca habló en Relatores sobre la “sensación de pérdida” que siente en este dia tan especial pero a la vez recuerda ese abrazo con su abuelo en el segundo gol de Maradona .

El libro “Los vengadores del 86” es una novela donde plantea que trata sobre un grupo de hooligans que estuvieron en la jornada del 22 de junio de 1986 en el Estadio Azteca, donde por ciertos sucesos que transcurren a la salida, hacen una promesa de venir a la argentina. Toda una aventura policial y futbolística.

“Diego es inspirador, tenia esas salidas increíbles para alguien que de pronto tuvo solamente una formación empírica y tenia frases que eran filosóficas casi, ese carisma tan especial, que más allá de las controversias de su figura, sin duda en el pico máximo como jugador de futbol no ha habido otro igual”.

Al De Luca le gusta abordar el lado b en sus novelas como en el caso de Tilcara, al pensar en porque no volvieron a esa supuesta promesa y lo que movilizo en los hinchas. En “Los vengadores” lo lleva a la imagen de Diego “en el corner después de festejar con sus compañeros, queda solo con los puños cerrados festejando y un grupo de hinchas ingleses insultándolo”  y pensó sobre lo “que pasaba un poco en la cabeza de esos hinchas no solo por el gol del siglo sino también por el gol de la ‘Mano de Dios’”

“El gol de la ´Mano de Dios’ es impensado, el de la jugada puede ser superado alguna vez pero el de la mano es inconcebible y más ahora que con el Var y tantas cámaras es irrepetible”, continuó el autor de la Saga Barbicano.

De Luca admitió que “la idea de que de pronto ganar un mundial generará una unión en el pueblo, en la gente donde no hay grietas, no hay nada y todos nos encolumnamos bajo la misma bandera, creo que es el mensaje que nos sirve a todos los argentinos”. Y sobre Maradona agrega que “más allá de las controversias personales como jugador nos sobrepasa a todos, seamos del equipo que seamos es una prenda de unión, es la argentinidad, con las controversias y los claroscuros que tenemos todos”.

Además, el escritor cerró contando que “vio solo una vez a Maradona en persona, cuando vivía en Junín, en un partido entre Boca y Sarmiento donde fue más figura Brindisi que Diego”.