Ferro: Condenaron al juez de la quiebra pero no irá preso
23 de febrero de 2022
Se trata de Rodolfo Herrera, ex juez en lo Comercial, destituido del cargo en 2010. La condena fue por los delitos de "cohecho calificado en grado de tentativa, negociaciones incompatibles en el ejercicio de la función pública, administración fraudulenta y enriquecimiento ilícito".
Rodolfo Herrera, ex juez en lo Comercial, destituido del cargo en 2010, y que intervino en el proceso de quiebra de Ferro Carril Oeste, fue condenado a tres años de prisión en suspenso e inhabilitación absoluta perpetua por los delitos de "cohecho calificado en grado de tentativa, negociaciones incompatibles en el ejercicio de la función pública, administración fraudulenta y enriquecimiento ilícito", en nota citada por Telam.
Mediante juicio abreviado, la jueza del Tribunal Oral número 15 Virginia Sansone, homologó el acuerdo al que llegaron la defensora oficial del ex juez, Norma Bouyssou, y el fiscal Ignacio Mahiques. Herrera no irá a prisión. Solamente deberá fijar domicilio y someterse a un control periódico de las autoridades judiciales.
En el caso hubo una docena de imputados. En setiembre de 2012, el fiscal de instrucción Marcelo Munilla Lacasa había pedido juicio oral. Todos fueron condenados con probations (suspensión del juicio a cambio de la realización de tareas de utilidad para la comunidad) o de la conciliación (reparación del daño mediante el pago de una suma de dinero).
Entre los sindicados estaban el empresario Gustavo Mascardi, el socio del club y agente inmobiliario Aleardo Etcheverri, los ex integrantes del órgano fiduciario, un ex integrante del Tribunal de Disciplina de la AFA y directivos de la empresa de medicina privada Swiss Medical.
Se investigaron maniobras irregulares en el gerenciamiento del club y un emprendimiento comercial. Herrera fue filmado en su momento por una cámara oculta.
La condena del juez fue por "haber abusado de sus atribuciones funcionales al inmiscuirse personalmente en la administración de Ferro, en cuyas contrataciones se interesó directamente, desplazando en los hechos al órgano fiduciario encargado de la administración, cuyos integrantes designó entre personas de su confianza, con el propósito de obtener (para sí y para terceros) un beneficio patrimonial ilegítimo, cuyo alcance no ha podido determinarse".
Se comprobó que hubo tercerización de las actividades principales del club (entre ellas el fútbol profesional), el direccionamiento de un proyecto inmobiliario en terrenos de la institución y la venta de dos futbolistas (Cristian Tula y Eugenio Klein) "al Club Atlético River Plate, perjudicando a la entidad y a sus acreedores".