Lo que escribió el Negro


01 de septiembre de 2023

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por Ariel Scher

Lo que necesito decir ya lo escribió alguien.

Lo escribió el Negro Juvenal, Carlos Juvenal, un maestro de todas las maestranzas del periodismo, un tipo que primero hundía las manos en los bolsillos y después las sacaba como si allí guardara las palabras exactas.

Lo escribió el Negro Juvenal hace 38 años y ocho meses, durante un día en el que una tristeza tan individual como colectiva recubría la piel de una de las tribus de este mundo, una tribu a la que él pertenecía desde la cuna. Y no sólo lo escribió, sino que lo explicó con las emociones en las huellas digitales y con el corazón gobernándole el talento que le iba desde las canas tempranas hasta los mocasines.

Lo escribió el Negro Juvenal mientras dirigía un diario y eso debía mantenerlo ocupadísimo, pero lo atravesó una situación más trascendente que todas las que saldrían al día siguiente en ese diario, por lo que retornó, de golpe, a su condición primigenia de cronista deportivo.

Era el 30 de diciembre de 1984 y Racing acababa de sellar que se quedaba un segundo año en la B porque había perdido frente a Gimnasia. Entonces, el Negro Juvenal advirtió cada conmoción, agarró de nuevo las palabras exactas y contó qué era ser de Racing, o sea de su Racing. Y contó, mejor todavía, lo que alguna vez me había confidenciado en una tarde generosa en un café de Tribunales mientras la voz se le endulzaba al hablar de sus hijas. Contó las buenas, las malas y los infinitos domingos en el rincón de la popular donde gritaba y lagrimeaba por Racing. Contó el llanto de su hijo en la derrota. Contó el presente que dolía y el futuro que se esconde pero en alguna parte está.

Cerca del fin de esos párrafos luminosos, imagino que con las huellas digitales hechas un temblor y corroborando que hay ocasiones en las que las palabras exactas consiguen transparentar lo sagrado y lo hermoso de la condición humana, escribió la más sencilla de todas sus oraciones:

Escribió así: "Mi viejo Racing, te quiero".

Siempre gracias, Negro. Eso, justo eso, necesito decir. Lo comprenderán quienes son de Racing y quienes saben -maravilla aunque a veces traiga la tristeza- cuánta vida cabe en una cancha y cuánto amor cabe en el amor.

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