Años nuevos, ciruelos y ciruelas


27 de diciembre de 2022

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por Ariel Scher

1. El maestro Haroldo Conti, campeón de narrar ternuras, nos quitó generosamente la posibilidad de confundirnos sobre el sentido de la existencia cuando, en el comienzo de "La balada del álamo carolina", citó este anónimo japonés: "Ciruelo de mi puerta, si no volviese yo, la primavera siempre volverá. Tú florece".

2. El maestro Zeide Berish, campeón de querer nietos, alguien que leía a Mijail Bakunin en ruso, al Nuevo Testamento en latín, al Viejo Testamento en hebreo y a Romain Rolland en francés porque eso había aprendido no en una cátedra sino mientras le sangraban las manos cosechando algodón en el Chaco, nos despejó los humos del consumismo cuando acarició al ciruelo de ciruelas amarillas bajo el cual se sentaba en cada amanecer y le musitó esta brevedad: "Gracias por la sombra y, además, por la belleza".

3. El maestro Bertolt Brecht, campeón de certificar que las palabras luchan por libertades que no son solo palabras, nos dio una llave para entender que ni la identidad ni la victoria habitan siempre en la superficie cuando, en "El ciruelo", anotó esta estrofa: "No sabe si es un ciruelo/ porque ciruelas no da/ se le conoce en la hoja/ que es ciruelo de verdad".

4. La maestra Katherine Mansfield, campeona de imaginar historias, nos regaló el pasaporte a tratar de ser gente cuando, en "Las mentes cultivadas", confidenció esta libertad: "La mente que amo debe seguir teniendo espacios agrestes, un huerto enmarañado donde las ciruelas oscuras caigan sobre la espesura del pasto, un bosquecito que crezca sin control".

5. La maestra de cuatro años que es tataranieta del maestro Zeide Berish, campeona de lo sensible, nos reivindicó a la humanidad cuando mordió una ciruela roja, miró la sonrisa de Messi frente a sus pibes luego de una final intensa, se arrimó a uno de sus abuelos, le enroscó el cuello un poco con los brazos y más con el corazón y lo derritió: "Te doy un abrazo campeón del mundo".

6. Que cada día del año soplemos unos vientos que venzan al individualismo y que también encendamos muchos fuegos en las aguas para iluminar amores y para apagar injusticias. De eso se trata la vida, flor de campeona, claro que brava pero llena de ciruelos y ciruelas.

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