El Camp Nou sigue cerrado: demoras, falta de licencias y tensión económica


21 de julio de 2025

Compartir esta nota en

Barcelona no podrá reabrir su estadio en agosto y deberá resolver un complejo panorama institucional.

El FC Barcelona no volverá al Camp Nou el 10 de agosto, tal como había prometido su directiva, y jugará el Trofeo Joan Gamper en el Estadio Johan Cruyff. La demora en las obras de remodelación y la falta de licencias del Ayuntamiento de Barcelona impiden la reapertura del estadio, generando incertidumbre institucional, deportiva y financiera. Las críticas a la gestión de Joan Laporta se intensifican en un momento clave.

Un nuevo golpe al proyecto de regreso

La dirigencia del Barça había anunciado que el renovado Camp Nou reabriría sus puertas con el tradicional Trofeo Joan Gamper, un amistoso simbólico de presentación del equipo. Sin embargo, la obtención de la licencia de primera ocupación no fue aprobada. El club informó en un comunicado que fue “imposible cumplir con todos los requisitos exigidos por las normativas”, por lo que la vuelta se aplaza sin fecha confirmada.

“No podemos hacer trampas al solitario”

Desde la Cambra de Contratistes d’Obra de Catalunya, su presidente Lluís Moreno fue categórico: “No podemos hacer trampas al solitario para alargar y mantener el plan de viabilidad del Barça. La obra no tendrá las licencias antes del Gamper a menos que se junten los astros”. En esa línea, explicó que el estadio no puede garantizar el ingreso y egreso de 60.000 personas sin cumplir estrictas condiciones de seguridad.

Una situación que afecta el rendimiento deportivo

El plantel no podrá contar con el impulso de su estadio para iniciar la temporada, y eso genera tensión interna. El partido ante el Valencia, previsto para el 14 de septiembre, es la nueva fecha tentativa para la reapertura. Sin embargo, todo depende de la resolución de trámites municipales y del avance real de las obras. En caso de no llegar a tiempo, incluso podría postergarse hasta enero de 2026.

Obligaciones con UEFA y decisiones estratégicas

Las normas de UEFA exigen definir un estadio para la fase de grupos de la Champions League antes del sorteo del 28 de agosto. Barcelona deberá elegir entre inscribir Montjuic, perdiendo los ingresos asociados al Camp Nou, o arriesgarse a registrar el estadio aún sin garantías de habilitación. Cualquiera de las opciones supone un fuerte impacto financiero y logístico.

Un bloqueo económico que frena fichajes

Barcelona necesita reabrir el Camp Nou para validar ingresos ya comprometidos. La venta anticipada de 475 palcos VIP por 100 millones de euros está condicionada a la operatividad del estadio. Mientras eso no suceda, esos fondos no son reconocidos por La Liga ni por los auditores. Esta limitación impide, por ahora, la inscripción de jugadores como Joan García, Nico Williams y Luis Díaz.

Una obra con penalizaciones no ejecutadas

La constructora turca Limak fue contratada para realizar las obras, y según el contrato firmado en 2023, se prevé una penalización de un millón de euros por día de retraso. No obstante, el club no ha reclamado estas sanciones. La directiva argumenta que hubo factores externos: retrasos logísticos, problemas con subcontratas y trabas administrativas imprevistas. A pesar de eso, la deuda por incumplimientos ya asciende a 202 millones de euros.

Críticas desde todos los frentes

Desde la oposición, Víctor Font fue uno de los más duros: “Increíble que siendo el mejor club del mundo hagamos el ridículo con constantes promesas incumplidas”. La pérdida del Gamper como evento de reinauguración profundiza la frustración entre los socios y deja expuesto al presidente Joan Laporta, cuya gestión sigue marcada por controversias e imprevistos.

Compartir esta nota en