Mis amigos de los miércoles y Eduardo Galeano


12 de abril de 2022

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por Ariel Scher

El 13 de abril de 2015 el fantástico periodista y escritor uruguayo se convertía en una delicada lluvia de cristales, para ir a posarse en cada pétalo de flores rioplatenses.

Mis amigos de los miércoles juegan al fútbol todos los miércoles.

Mis amigos de los miércoles juegan al fútbol todos los miércoles porque se abrazan y se desabrazan gracias a esto que sigue: "El goleador hace alegrías y el guardameta, el aguafiestas, las deshace".

Mis amigos de los miércoles juegan al fútbol todos los miércoles porque, por un rato, por un rato de miércoles, por un rato de miércoles con el que duermen y se despiertan todas las horas que no son de miércoles, se imaginan ser el que sigue: "La pelota lo busca, lo reconoce, lo necesita. En el pecho de su pie, ella descansa y se hamaca. Él le saca lustre y la hace hablar, y en esa charla de dos conversan millones de mudos".

Mis amigos de los miércoles juegan al fútbol todos los jueves porque encontraron palabras perfectas para que algo que les pasa, algo que les pasa como casi nada les pasa, tenga cédula de identidad definitiva, nombre para siempre, sentido hacia la eternidad en esto que sigue: "El gol es el orgasmo del fútbol".

Mis amigos de los miércoles juegan al fútbol todos los miércoles porque tienen estudiado que es posible ser pobre, rico o las dos cosas a la vez, amado, desamorado o quizás las dos cosas a la vez, pero no hay circunstancia que los reconforte o los desangre tanto como ser jugadores todos los miércoles por lo que acá sigue: "A un lado lo esperan los cielos de la gloria; al otro, los abismos de la ruina".

Mis amigos de los miércoles juegan al fútbol todos los miércoles porque hay mañanas en las que se disfrazan de oficinistas y porque hay tardes en las que se visten de serios, pero, sin máscaras, sin relojes despertadores y sin ser ordenados u ordenantes, son, exactamente, lo que sigue: "El hombre sea niño por un rato, jugando como juega el niño con el globo y como juega el gato con el ovillo de lana".

Mis amigos de los miércoles juegan al fútbol todos los miércoles porque "la historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber" pero ellos, durante los miércoles, durante cada aire de los miércoles, durante cada sudor de los miércoles, durante cada sonido y cada silencio de los miércoles, pueden pronunciar, más tarde o más temprano, lo que sigue: "Ganamos, perdimos, igual nos divertimos".

Mis amigos de los miércoles juegan al fútbol todos los miércoles y, antes del fútbol y luego del fútbol, continúan con el fútbol porque leen "El fútbol a sol y sombra", que es el libro del maestro Eduardo Galeano, el baúl de sabidurías y de asombros y de fiestas en el que están publicadas todas las frases que aquí se entrecomillan y que les recuerdan, les detallan, les avisan por qué hacen lo que hacen los miércoles. O porque Galeano los ayudó a comprender algo que intuían desde el primero o el segundo pelotazo, pero nadie había expresado así de bien, así con tantas luces, así con tanto interés en lo profundo de la condición humana hecha fútbol, como Galeano.

Mis amigos de los miércoles juegan al fútbol todos los miércoles. Y lo van a jugar este jueves, este miércoles 13 de abril en un aniversario exacto más de la muerte de Eduardo Galeano. Lo van a hacer porque jugaron al fútbol y leyeron a Eduardo Galeano contando al fútbol mientras Eduardo Galeano vivió.

Y no dejarán de hacerlo ni ahora ni nunca por lo que sigue: porque, a través de su obra y a través de su fútbol, Eduardo Galeano permanece vivo.

Mis amigos de los miércoles juegan al fútbol todos los miércoles y pueden certificarlo. Este miércoles y todos los miércoles. Este día y todos los días.

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